Introducción
Muchas veces entre las parejas de novios se escucha la
frase “dame la prueba de amor”
Nosotros sabemos que esa no es realmente una prueba de
amor ya que el amor verdadero no hace nada indebido. Entonces. ¿Cómo es una
verdadera prueba de amor?
Escucha el audio del mensaje:
El verdadero amor se demuestra por medio de acciones, por
medio de cosas que se hace por el bienestar del ser amado.
Si nosotros decimos amar a Jesús ¿Cuál debería ser la
prueba?
Hoy hablaremos de todo lo que debe suceder en nosotros si
en realidad amamos a Jesús.
Juan 14:21 ¿Quién es el que me ama?
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
14:22 Judas (no el Iscariote) le
dijo: —¿Por qué,
Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?
14:23 Le contestó Jesús: —El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
14:24 El que no me ama, no obedece mis palabras.
Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió.
Jesús hace una pregunta ¿Quién es el
que me ama? Esta es una pregunta muy importante porque el amor a Dios es el
principal mandamiento en toda la Biblia, desde el Antiguo Testamento en
Deuteronomio 6:5, mandamiento que Jesús cita como el más importante.
Jesús también en alguna ocasión dijo
que el amor por él tiene que estar por sobre todo
Dice Mateo 10:37
»El que quiere a
su padre o a su madre más que a mí no es digno de mí; el que quiere a su hijo o
a su hija más que a mí no es digno de mí;
Sin embargo, sabemos que es muy fácil
decir que amamos a Jesús. Muchas veces lo cantamos y lo confesamos con nuestros
labios.
Pero ¿Cuáles deberían ser las
evidencias de que amamos a Jesús? él mismo en este texto nos muestra algunas
evidencias de amar a Dios.
1.-
HAREMOS NUESTROS SUS MANDAMIENTOS
Juan 14:21 ¿Quién es el que me ama?
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
La RV traduce “el que tiene mis
mandamientos” porque en el idioma griego es una palabra que significa “el que
se apropia” o como dice la NVI “el que hace suyos”
Esto es muy importante ya que muchas
veces podemos conocer los mandamientos de Dios, pero no necesariamente nos
apropiamos de ellos, no los hacemos nuestros.
Cuando la idea es que la Palabra de
Dios la guardemos en nuestro corazón y se vuelva parte de nuestras convicciones
sobre cómo debemos vivir nuestra vida.
Muchas veces las personas obedecen a
Dios porque “la religión me manda hacer esto o aquello” o también porque “la
religión me prohíbe hacer esto o aquello” Pero lo ideal es hacerlo por
convicción personal.
Dice el Salmo 119:11
En mi corazón atesoro tus dichos para no pecar contra ti.
Es decir, los tengo grabados en lo más
profundo del corazón, y el propósito es no pecar contra Dios.
Esto solo sucede cuando amamos a
Jesús, porque si amamos a Dios, amamos su Palabra. No puedo decir que amo a
Dios y no querer leer la Biblia. Es como si le dijera a mi esposa “yo te amo,
pero no quiero escucharte, no me interesa lo que piensas” eso no tiene sentido.
En el Salmo 119:97 dice:
¡Cuánto
amo yo tu ley! Todo el día medito en ella
¿Cuánto tiempo estamos dedicando cada
día para leer la Palabra de Dios?
Solo de esa forma podremos formar
convicciones que estén de acuerdo con la Palabra de Dios.
Especialmente en el tiempo en el que vivimos
que es tan peligroso en temas de valores morales.
2.-
OBEDECEREMOS SUS MANDAMIENTOS
Juan 14:21 ¿Quién es el que me ama?
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
14:23 Le contestó Jesús: —El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
Todo lo que aprendemos si en realidad
lo guardamos en el corazón debemos llevarlo a la práctica
Y esa es la mayor evidencia de que
amamos a Jesús, el esforzarnos en obedecer sus mandamientos, lo cuál no implica
perfección, porque no hay nadie que pueda ser perfecto, pero si implica
esforzarnos, estar en el camino de crecer cada día en nuestra vida espiritual.
Esto es muy serio, algo que no debemos
tomarnos a la ligera, porque Jesús dice:
14:24 El que no me ama, no obedece mis palabras.
Pero estas palabras que ustedes oyen no son mías sino del Padre, que me envió.
Desobedecer a Jesús es desobedecer a
Dios y esto es un asunto muy serio. Tenemos un Dios que es amor, pero que al
mismo tiempo es un Dios Santo, Justo y Todopoderoso.
Sin embargo, nuestra motivación para
la obediencia a Dios debe ser el amor
Dice el apóstol Juan en 1 Juan 5:3
En esto consiste el amor a Dios: en
que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos
no son difíciles de cumplir,
Probablemente Juan tenía en mente las
palabras de Jesús. Pero aquí aumenta algo más y dice: “estos no son difíciles
de cumplir”
Probablemente muchos a leer esto
digamos ¿Cómo que no son difíciles? Ya que en realidad son muy difíciles de
cumplir
La situación es que cuando las cosas
se hacen por amor ya no son una carga, la carga se vuelve liviana
Cuando las cosas se hacen por amor no
son una carga
Si amamos a Dios será un privilegio
obedecer su voluntad, no será una carga
Y lo mejor de todo es que la
obediencia a Dios trae para nosotros muchos privilegios
3.-
DISFRUTAREMOS DE SU AMOR
Juan 14:21 ¿Quién es el que me ama?
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
14:23 Le contestó Jesús: —El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
Jesús dice que el que le ama y obedece
sus mandamientos disfrutará del amor de Dios. Esto no quiere decir que solo si
amamos a Dios y le obedecemos el nos amará a nosotros, porque la Biblia dice
que nosotros amamos a Dios porque él nos amó primero.
Jesús ya demostró su amor de manera
perfecta al entregarse por nosotros en la cruz.
Nosotros no podemos hacer nada para
que Dios nos ame más o nos ame menos porque no se trata de nuestras obras.
Pero lo que si se refiere este texto
es que, si amamos a Dios y lo obedecemos, será más fácil experimentar el amor
de Dios. Seremos consientes del amor que Dios tiene por nosotros
Podremos experimentar el amor de Dios
en cada cosa de nuestra vida, en el aire que respiramos, en poder disfrutar de
nuestra familia, de nuestros amigos, y eso nos llevará a ser agradecidos por
las cosas que tenemos
Aún en las cosas difíciles de la vida,
si amamos a Dios y le obedecemos podremos encontrar el amor de Dios, en medio
de los tiempos difíciles.
Por eso dice Romanos 8:28 que a los
que aman a Dios todas las cosas les ayudan para bien. Esto no quiere decir que
todas las cosas nos saldrán bien, sino que podremos ver el propósito perfecto
de Dios en medio de las dificultades de la vida.
Otro de los privilegios de los que
disfrutamos cuando amamos a Dios y le obedecemos es que disfrutamos de su
presencia
4.-
DISFRUTAREMOS DE SU PRESENCIA
Juan 14:21 ¿Quién es el que me ama?
El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que me ama, mi Padre lo
amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.
14:23 Le contestó Jesús: —El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
Si nos ubicamos un poco en el contexto
de este pasaje veremos que es un discurso de despedida. Jesús les está
advirtiendo a sus discípulos que él se va a ir.
Pero al mismo tiempo les dice que no
los va a dejar solos, sino que les enviará al Consolador que es el Espíritu
Santo.
Por medio del Espíritu Santo nosotros
podemos experimentar la presencia de Dios en nuestras vidas
Y este es un privilegio que solo los
cristianos podemos disfrutar, por eso dice:
14:22 Judas (no el Iscariote) le
dijo: —¿Por qué,
Señor, estás dispuesto a manifestarte a nosotros, y no al mundo?
14:23 Le contestó Jesús: —El que me ama,
obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra vivienda en él.
Solo quienes amamos a Dios podemos
disfrutar de la presencia de Dios en nuestro interior por medio del Espíritu
Santo.
Y esto es de suma importancia ya que
es precisamente el Espíritu Santo quien nos capacitará para obedecer a Dios,
para poder hacer cosas que en nuestras fuerzas son imposibles.
1 Juan 5:3 En esto consiste el amor a
Dios: en que obedezcamos sus mandamientos. Y éstos
no son difíciles de cumplir,
1Jn 5:4 porque todo el que
ha nacido de Dios vence al mundo. Ésta es la
victoria que vence al mundo: nuestra fe.
1Jn 5:5 ¿Quién
es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
Conclusión
No podemos amar a Dios sin obedecer
Tampoco sirve de nada si obedecemos si
la motivación de nuestro corazón no es el amor
Solo lo que nace del amor es lo que
cuenta
La mejor prueba de amar a Jesús es
obedecer sus mandamientos. Y la mejor recompensa que podemos obtener de eso es
experimentar cada día el amor y la presencia de Dios en nuestras vidas.
Hugo Vásquez
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